viernes, 24 de agosto de 2012

Sexualidad responsable


Los tiempos cambian, quizás no tanto como debieran, pero lo hacen-, la sola mención del sexo  en los temas de actualidad, hace que converjan dos temas fundamentales la salud y la prevención de diversos males, como el ya tan conocido VIH (sida) (llamado por muchos como la gran epidemia, el aniquilador de la humanidad); sin embargo gracias a que existen los esfuerzos, si bien aún pocos, pero existentes, con miras a un mejoramiento en cuanto a la salud sexual, que ayudan a dejar en claro que está, es un derecho y su garantía una responsabilidad ,es que podemos luchar  por prevenir una posible pandemia.
La sexualidad en el más amplio sentido está presente en prácticamente todos los ámbitos y esferas de la vida, y aun así, en ocasiones eludimos su presencia, la negamos y fingimos que no existe tal cosa ¿Por qué? Es la pregunta que deberíamos hacernos, aunque aclaro que el hecho de decir que la negamos no significa que la erradiquemos, simplemente que le restamos la importancia requerida; cada uno de nosotros vive su propia sexualidad lo mejor que puede, pero no deberíamos avergonzarnos de ella, es una ilusión quizás de mi parte, un mundo en el cual todos fuéramos tan libres de expresarnos como seres humanos sexuales sin preocuparnos por las apariencias y lo que digan de nosotros.
La negación de la sexualidad es un claro atentado contra nuestra salud en general, la sexualidad forma parte de la naturaleza del ser humano y es un delito sesgar, negar y mutilar el libre y “natural” cauce de nuestras pulsiones naturales.

La salud sexual

Aunque la promoción de la salud sexual pueda parecer un lujo a los ojos de algunos, en realidad se trata de algo elemental y extremadamente básico.
Vivimos en una época de floreciente crecimiento intelectual, de adelantos tecnológicos, de cambios abismales en el mundo entero y resulta conveniente para la salud del ser humano que la sexualidad pueda asumirse con total y absoluta naturalidad. Es imprescindible para un sano desarrollo humano, poder hablar de ello sin tener que justificarse o sentirse culpable, pero ¿Cómo hacerlo? Siestamos rodeados de máscaras sociales, de falsas morales y aun así bombardeados por diversos medios con imágenes sexuales, donde dan una impresión equivocada del tema; un caos total para muchas personas, que no saben cómo llevar su vida con respecto a esto y prefieren olvidarlo, en algunas ocasiones arrasando con ello a la familia y aun más con el peligro de influenciar las mentes más pequeñas (sus hijos), pues un arrebato de puritanismo puede resultar muy dañino psicológicamente para cualquiera, sobre todo a una temprana edad.
Está claro que el diálogo que se puede establecer al respecto puede sin duda variar, esto dependerá tanto del mensaje como del lenguaje que se emplee, si se sitúa a la sexualidad en un contexto negativo, se comete el error de la marginación, de aplastarla, ocultarla y por desgracia el lenguaje de la marginación sólo puede tener como resultado un marginador.
En nuestras manos está hacer valer nuestro derecho a disfrutar todo el placer y el gozo que proporcionan las relaciones sexuales, igualmente, en nuestras manos está garantizar la salud sexual propia y de nuestra(as) parejas(as).
En el campo de la salud, entre otras cosas, el siglo XX será recordado por la llegada de grandes males como el ya mencionado SIDA, tras varias décadas luchando contra éste, sigue causando estragos por todo el mundo, muchos de estos son evitables; es por ello de gran importancia que pongamos todos los medios de nuestra parte para que la práctica de la sexualidad sea libre, responsable, sana y segura, algo que se podría lograr de forma más efectiva si tomáramos más en serio la educación sexual.
Disfruta con las prácticas que próximamente iremos sugiriendo y también actúa de manera responsable, asegúrate siempre de realizarlas de forma sana, segura y con respeto a la otra persona. Si tienes dudas, infórmate o pregúntanos y recuerda “sólohaz lo que sea divertido para todos y que sin riesgos todo se disfruta mejor”.


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